▪ En una importante proporción los trabajadores tienen alta escolaridad, están mejor asegurados y sus ingresos son más altos.
Lucía Ramírez A.
Los ocupados que trabajan en las cooperativas tienen mayores ventajas en su formación profesional y condiciones laborales que los asalariados del sector privado y Mypime. En ocasiones las condiciones solo son equiparables a las recibidas en el sector público.
Estos son los principales resultados de una investigación desarrollada en el marco del convenio entre el Instituto Nacional de Fomento Cooperativo (INFOCOOP) y CONARE/Estado de la Nación. Toma como base las estadísticas de la Encuesta de Hogares (ENAHO) y el Censo Nacional Cooperativo, ambos de 2012, para hacer la comparación entre los perfiles de trabajadores informales, asalariados del privado y público y trabajadores de Mypime. Por INFOCOOP el estudio lo coordinó el departamento de Desarrollo Estratégico.
Según la ENAHO 2012, la principal fuente oficial de estadísticas de empleo, el país reporta 16.379 puestos de trabajo generados por el sector cooperativo. Esto representa el 0,8% de la población ocupada en Costa Rica.
Casi seis de cada diez trabajadores de cooperativas trabajan en la zona urbana y en la región Central. El cooperativismo es muy fuerte en la región Brunca donde concentra el 13% de los trabajadores, mientras que allí el promedio nacional es de 5,4% de trabajadores.
Por grupos de edad, los ocupados de las cooperativas se mantienen similares al reportado a nivel nacional, aunque con una diferencia significativa para el grupo de adultos de entre 36 y 50 años. En este último caso las cooperativas son una fuente mayor de empleo que para el conjunto del país. El grupo etario de mayor concentración son los jóvenes (entre 18 a 35 años), que absorben el 44% del empleo; seguido por un 40% de personas que tienen entre 36 y 50 años.
Ventajas de la formación profesional se reflejan en los ingresos
El nivel de escolaridad de los ocupados del sector cooperativo, con 11 años de estudios, es superior al resto de sectores, excepto al asalariado público. No obstante, un 25% de los ocupados en cooperativas tienen seis o menos años de estudio.
También, con un 15%, el cooperativismo es el sector con el mayor porcentaje de ocupados con título de posgrado. Este valor es superior en tres puntos al de los asalariados del sector público.
Además de los años de estudio, la formación profesional se fortalece cuando se adquieren competencias complementarias, como dominar un segundo idioma y tener acceso y uso a computadoras e internet. En estos tres aspectos analizados los trabajadores del sector cooperativo presentan ventaja en dos: el acceso a computadora e internet.
El cumplimiento de las garantías laborales es alto en las cooperativas, siendo la mayor garantía laboral el pago del aguinaldo.
Las ventajas de formación profesional y condiciones laborales se ven reflejadas en los indicadores de ingreso, ya que los ocupados de las cooperativas tienen un ingreso de 1.2 veces al del promedio nacional; de alrededor de 2.4 veces el ingreso que reciben los asalariados del sector privado y Mipyme y del doble del que reciben los trabajadores del sector informal. Sólo es superado por el sector público. No obstante, al ser un grupo heterogéneo, este beneficio es percibido por un tercio de sus trabajadores.
En opinión de Guido Barrientos, del Área de Difusión del Programa del Estado de la Nación, las cooperativas superan al sector privado en esta materia pues “contribuyen a generar empleo de calidad porque sus trabajadores cuentan con buen nivel educativo, formación profesional, titulación, manejo de herramientas tecnológicas, aseguramiento y garantías laborales que repercuten en mejores ingresos”.
Las cooperativas, por el alto perfil de sus profesionales, son el sector que tiene la más alta capacidad de generar empleo en la “nueva economía”, aquella asociada al dinamismo exportador de productos no tradicionales, la creación y consolidación de zonas francas y los nuevos servicios. (Foto con fines ilustrativos de COOPEAGROPAL R.L.)